jueves, 18 de marzo de 2010

Existen hombres que realmente saben alagar a una mujer



Este video me llegó por e-mail y me cautivó, de la misma manera que ha cautivado a todas mis amigas. ¡Bravo Bosé!!

Nadie sabe lo que tiene...

Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido. Ocho años de ir a yoga con excelente flexibilidad, sintiendo que era NADA lo que se hacía al carecer de esfuerzo. Los primeros 5 años fue una estupenda manera de conservar la forma (aunque los kilitos iban aumentando) y los tres últimos años, notando como una barriga prominente hacía difíciles algunas asanas, no me daba cuenta de lo importante que era para poder continuar el día a día con movimientos ágiles y quizá hasta llenos de gracia. De repente por cuestiones de trabajo y porque la vida sencillamente se complica, tres años sin yoga... ¡ENORME ERROR!! Que lo sepa todo el mundo: "El cuerpo se oxida", amarga lección. A un par de semanas de haber retomado me doy cuenta que la pancita prominente se ha convertido en una masa colgante y general que impide la más mínima agachadita, la respiración falla y las asanas se tornan imposibles ante la amenaza del torzón y el calambre. ¿Conseguirá mi cuerpo volver a sentir este glorioso ejercicio como algo fácil?? ¿Cuánto tardará en recuperar su memoria? (si acaso realmente la tiene como dicen por ahí). Espero que no mucho. Mientras tanto... Auch!!!!

martes, 16 de marzo de 2010

De pelos!!

Solamente una pequeña reflexión de inicio de primavera (casi)
¿Realmente vale la pena perderte de un lindo día de alberca SOLAMENTE PORQUE NO HAS IDO A VER A TU DEPILADORA? ¿quién diablos inventó que las mujeres iban sin pelo, si de todas formas nos sale??? ¿Por qué motivo alguien como yo, convencida de la absurda y manipuladora discriminación que sufre el vello femenino, soy incapaz de ir a una alberca luciéndolo? Esta es otra de las cuestiones en las que las primeras en aventar la piedra somos las mujeres. ¡Qué injusto!! Aunque debo recordar que en algún tiempo de la adolescencia estuve a punto de vencer esta calamidad. Recuerdo un día en el que algún compañero de secundaria osó decirle "cochina" a una compañera que aún no se comenzaba a rasurar (o depilar). Recuerdo como enfurecida le dije: " ¿Ah sí??, Pues cochino tú que tienes los pelos más grandes"... ¿??? Definitivamente es un hecho que me molesta de muuucho tiempo atrás.
Ahora voy a yoga con mis pelitos y los quiero. Y cada día conozco a más y más mujeres que, para comenzar, no se los podaron en la adolescencia para que luego les crecieran más. Gracias a eso, ahora los mantienen como lo que son, una suave y linda capa de terciopelo. Y viven y conviven con ellos como si nada. ¡Bu, yo quiero ser así!!!!

miércoles, 10 de marzo de 2010

Este blog

Este blog no está dedicado a casos extremos (que los hay y son muy dolorosos) de marginación y discriminación de la mujer. Este blog pretende dar voz a las mujeres de las sociedades de paises en vías de desarrollo que siguen con una mentalidad machista (a veces disfrazada) y a las pequeñas infamias de hombres que se creen muy modernos e incluyentes (y que al final no pueden vencer el machismo colectivo que aún rige en gran parte nuestras sociedades de pleno siglo XXI). Espero que se nutra de diferentes opiniones e historias y que de alguna manera sirva para cambiar la mentalidad y avanzar hacia un futuro mejor.

Lo vales?

He aquí una de tantas teorías. "La mantenida". Esa horrible etiqueta que se pone a las mujeres que se quedan en casa a organizar que todo vaya a la perfección; que exista todo lo necesario limpio y en su lugar; educar a los hijos y también por qué no, de haber, a los ayudantes (y lo digo sin afán de herir susceptibilidades y con cariño) y hasta al perrito o mascota en turno; cuidar que lo que el marido provee se aproveche de la mejor manera (a veces haciendo verdadera mágia); hacer innumerables vueltas en coche para llevar, traer, comprar, conseguir, entregar, recoger, etc, etc, etc.

Así las cosas "la mantenida" realiza todas las tareas y en algunos casos vive de limosnas. "En algunos casos". Hay que insistir. Yo sé que existen hombres que valoran toda esta faena y que saben que compartir de manera equitativa los excedentes de su paga es algo más que ganado por su compañera, y su ardua labor, haciendo la casita a la que ellos llegan a descansar y a disfrutar después de un extenuante día de trabajo (también sé que estos hombres jamás llamarían mantenida a su mujer). Lamentablemente existen también otros que creen que el dinero que queda tras pagar todas las cuentas de casa y familia, es SOLAMENTE PARA ELLOS y sin más, se lo gastan a placer sin tomar en cuenta deseos, gustos y necesidades de su "mantenida". Habría que ver cuanto les pagan las grandes celebridades a sus PA's para llevar todo esto a cabo. Tú, ¿recibes un sueldo en casa? ¿te satisfacen tus necesidades sin chistar? ¿gastas los excedentes junto con tu marido?. Creo que es imperdonable cuando una mujer se siente conforme con limosnas y todavía dice: "A mi me va muy bien, yo ni trabajo y mi marido me dió para venir a tomarme un café", "¡pero tu marido se acaba de ir a Europa con sus amigos!!" dirá la feminista del grupo, a lo que la primera responderá "Su trabajo le ha costado, es su dinero, él lo gana". ¿Qué qué????? Señoras, si no somos nosotras mismas las que valoramos nuestra aportación al sustento familiar, nadie lo hará. Dejemos de agradecer limosnas, dejemos de pensar que la casa que habitamos no nos pertenece porque "no la pagamos". Pensemos una cosa: Si estuvieramos fuera de casa haciendo carrera, con un buen trabajo y disponibilidad de horario, ¿cuánto dinero estaríamos ganando? Ahora abordemos esta cuestión desde otro ángulo. ¿Cuánto estamos perdiendo por estarles haciendo la linda casita a nuestros maridos? ¿Verdad que duele?

¿Por qué?

¿Por qué las mujeres terminamos siempre prefiriendo dejar carrera para dedicarnos a educar a nuestros hijos?