martes, 3 de enero de 2012

Navidad y el 2012

Me encanta esta época porque de alguna manera nos obligamos todos a estar de buenas (todos excepto alguno que otro grinch). Y en enero pensamos que de alguna manera la oportunidad para hacer los cambios que nos llevarán a un verdadero bienestar son viables y realizables sin ningún tipo de obstáculo. Lo que nunca me he puesto a observar es cuanto dura realmente este estado de positivismo y esperanza exacerbada.
Un mes? Dos? No lo sé a ciencia cierta, pero por primera vez en mi vida estoy concentrada y resuelta a que esto sea de lo más duradero.

Este inicio de año marca una nueva etapa para mi y en verdad siento que se me abren las puertas para hacer lo que realmente quiero. Hasta hoy, siempre me dejé llevar por la corriente, aceptando las opciones que se me ofrecían sin analizar si eso me llevaría hacia donde mis sueños siempre indicaron. No me quejo en lo absoluto. Creo que he tenido mucha suerte y la vida me ha sonreído hermosamente. Pero llega el momento de las preguntas (acabo de cumplir cuarenta años) y no puedo más que hacer un recuento de lo que ha sido mi vida y pensar también que ahora sea quizá mi verdadera última oportunidad de empezar de cero en algo que realmente me lleve a donde siempre quise estar. He empezado bien, haciéndo pequeños sacrificios en bien de una rutina flexible y sana que me ayude a mantener la buena actitud.

Espero poder, muy pronto, comenzar a ver resultados. Me estoy convenciendo de que de acuerdo a mi personalidad, necesito emprender una carrera freelance, tengo que ser mi propio jefe, pero eso requiere más disciplina que trabajar bajo un horario y órdenes impuestas por otros. Ese camino "cómodo" (dejar que otros decidan por mi y yo hacer lo que me pidan de manera excelente y siempre dando un plus) me ha dado satisfacciones pero creo que no va realmente con quien soy...
En verdad necesito un cambio radical y estoy dispuesta a intentarlo con todas mis fuerzas y toda mi concentración. Ya vendré a reportar mis avances.